APUNTES DEL SUBSUELO
(Zapiski iz podpol'ya)
DOSTOYEVSKI
(Zapiski iz podpol'ya)
DOSTOYEVSKI
"Ya entonces mi vida era sombría, desordenada y solitaria hasta la hosquedad. No tenía amigos ni conocidos, evitaba hablar con la gente y me iba acurrucando cada vez más en mi madriguera."
después de estas palabras todo lo que yo pueda decir para pretender explicar la esencia del hombre del subsuelo estará irremisiblemente condenado al ridículo.
Las descripciones de la vida en la oficina del hombre del subsuelo son suficientemente descriptivas, así como el episodio de la fiesta ofrecida a Zverkov, quien es el ejemplo del opuesto al hombre del subsuelo, el afortunado en la vida en sociedad; en este episodio nuestro hombre se contradice internamente un ciento de veces, y lo vemos claramente adentrarse en el pantanoso terreno que lo ha de revolcar en el fango, sin que podamos hacer nada por evitarlo; la forma en que se humilla a sí mismo y es humillado por los demás durante la reunión nos muestra patentemente la única relación posible entre los hombres del subsuelo y el resto de los hombres, una relación condenada de antemano al fracaso, tanto por parte de ellos, que desprecian a ese insecto insignificante que es el hombre del subsuelo, como por parte de él mismo, que se desprecia a sí mismo por ser lo que es; ante tanta humillación no le queda otra salida a nuestro hombre que devolver la misma carta como pago, pero para ello ha de encontrar a alguien más desgraciado e inestable que él... Liza, la joven prostituta le servirá para sus propósitos: primero utilizará toda su capacidad para atraerla emocionalmente hacia sí, luego, tras invitarla a su casa, se vengará en la joven de los escarnios que él ha sufrido por parte de los demás... la sociedad es más fuerte que nuestro hombre, le ha pisoteado infinidad de veces... incluso Apollon, su sirviente es superior a él, insecto inmundo, y las ridículas ordenes del supuesto amo son obedecidas sin ganas, cuando no ignoradas, y siempre entre gestos despreciativos, ahora llega la débil joven, y aquí, el hombre del subsuelo, después de ponerse en ridículo un par de veces más, rompe el muñeco de trapo que es Liza y, tras herirla como él mismo ha sido herido en multitud de ocasiones (tal vez de una forma más cruel, como solo una persona habituada a ser herida puede hacer), la deja huir de aquella casa.
En unas palabras que me recuerdan sonoramente a las ideas de Cioran leo a Dostoyevski decir para acabar:
Las descripciones de la vida en la oficina del hombre del subsuelo son suficientemente descriptivas, así como el episodio de la fiesta ofrecida a Zverkov, quien es el ejemplo del opuesto al hombre del subsuelo, el afortunado en la vida en sociedad; en este episodio nuestro hombre se contradice internamente un ciento de veces, y lo vemos claramente adentrarse en el pantanoso terreno que lo ha de revolcar en el fango, sin que podamos hacer nada por evitarlo; la forma en que se humilla a sí mismo y es humillado por los demás durante la reunión nos muestra patentemente la única relación posible entre los hombres del subsuelo y el resto de los hombres, una relación condenada de antemano al fracaso, tanto por parte de ellos, que desprecian a ese insecto insignificante que es el hombre del subsuelo, como por parte de él mismo, que se desprecia a sí mismo por ser lo que es; ante tanta humillación no le queda otra salida a nuestro hombre que devolver la misma carta como pago, pero para ello ha de encontrar a alguien más desgraciado e inestable que él... Liza, la joven prostituta le servirá para sus propósitos: primero utilizará toda su capacidad para atraerla emocionalmente hacia sí, luego, tras invitarla a su casa, se vengará en la joven de los escarnios que él ha sufrido por parte de los demás... la sociedad es más fuerte que nuestro hombre, le ha pisoteado infinidad de veces... incluso Apollon, su sirviente es superior a él, insecto inmundo, y las ridículas ordenes del supuesto amo son obedecidas sin ganas, cuando no ignoradas, y siempre entre gestos despreciativos, ahora llega la débil joven, y aquí, el hombre del subsuelo, después de ponerse en ridículo un par de veces más, rompe el muñeco de trapo que es Liza y, tras herirla como él mismo ha sido herido en multitud de ocasiones (tal vez de una forma más cruel, como solo una persona habituada a ser herida puede hacer), la deja huir de aquella casa.
En unas palabras que me recuerdan sonoramente a las ideas de Cioran leo a Dostoyevski decir para acabar:
"Hemos nacido muertos y, durante largo tiempo, no hemos sido engendrados por padres vivos, cosa que nos agrada cada vez más."©Jack!
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