"Muy señor mío: es usted célebre, y sus obras conocen tiradas de treinta mil ejemplares. Le diré por qué: porque usted ama a los hombres. Lleva usted el humanismo en la sangre. Es una suerte. Usted se siente henchido de satisfacción cuando está acompañado; le basta ver a alguno de sus semejantes, aunque no lo conozca, para sentir simpatía por él. (...) Supongo que le interesará saber lo que puede ser un hombre que no ama a los hombres. Pues bien, aquí me tiene, yo mismo, y los amo tan poco que dentro de un momento voy a matar a media docena. Tal vez se pregunte usted por qué SOLO media docena. Porque mi revolver no tiene más que seis balas. (...)"
y bueno, ya se sabe que cada cual puede hacer pensar lo que quiera a cualquier autor con solo tomar aquí y allá lo que le convenga de la obra de aquel, pero quien conozca la posición ideológica de Sartre en sus primeros años de filosofía que está sintetizada en su obra "El ser y la nada" sabrá que no se aparta de lo que yo aquí señalo, y por contra tenemos las palabras del propio Sartre ya maduro y habiendo sufrido los rigores de la gran guerra que un buen día aparece con su segundo manifiesto que pasaría a la historia con el nombre de "Crítica de la razón dialéctica", o aquella otra obrita llamada "El existencialismo es un humanismo", cuyo simple título ya nos muestra el radical giro que este buen hombre realizó con el paso de los años, presentándosenos ahora a través de otro cristal de distinto color y diciéndonos algo así como el viejo Donde dije Digo digo Diego, en pocas palabras que lo que había estado diciendo hasta entonces no había sido bien interpretado por el mundo, y que lo que él quería decir era en realidad todo lo contrario a lo dicho... en resumen, que él defendía ahora el humanismo en toda su magnitud, grandemente influido, evidentemente, por la corriente filosófica entonces más de moda, el comunismo, y aunque también yo en mis primeros pasos por el mundo de la filosofía sentí admiración por ese humanismo casi paralelo al cristianismo, ahora, mirando a través del prisma de la mente de un Erostrato moderno, la vuelta al redil marxista me parecía poco menos que insultante en boca de aquel señor francés que en su día rechazara el premio Nobel que le concedían sus amados semejantes .
©Jack!
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